El 23 de mayo y el 6 de junio han sido dos
días especiales para mis niños... y para mí.
Ell@s llevaban tiempo esperándolos y
preparándose para ese momento. Yo sufriéndolo.
La ilusión y los
nervios se palpaban por momentos. Trabajar con ellos en clase cada día se hacía
más difícil, pero a la vez más comprensible.
Por una vez cambiaron
su tema de conversación (el fútbol) y solo se oía hablar de trajes, fotos,
castillos hinchables, tartas, regalos...
Yo me enfadaba, como siempre, y luego me
decía: ¡Pero si es normal, Olvido!
Normal porque la
ilusión de realizar su Primera Comunión es algo que recordarán siempre. Ese día
te sientes importante, guap@, eres el centro de todo y con estas edades eso es
algo maravilloso.
Por fin llegó su Gran Día. Con sus vestidos
de princesas, marineritos sin barco, grandes capitanes y generales... tod@s
guapísimos, quietecitos y con caritas de ángeles.
Sus papás, mamás, abuelos,
abuelas, prim@s, ti@s, todos sus familiares y amig@s arropándolos en ese
momento y compartiendo su felicidad.
La ceremonia fue muy
bonita, distendida y se les veía relajados y contentos.
Esos dos días quise
estar con ell@s y aunque muchas veces les digo que yo no soy su madre la verdad
es que cuando los vi me sentí como una de ellas, porque la verdad que un
poquito míos sí que son.
Elías,Javi,Andrea,Jaime,Enrique,Leo,Alejandro, Zeus, Daniela,Diego, Iván, David, Aroa, Carlos, Andrés, María y
Andrea.
¡Felicidades!
Todo en ese día fue
perfecto, solo nos faltaba una compañera, una amiga, por eso quiero dedicarle
estas palabras a tod@s y muy especialmente a mi niña.
Gracias Olvido por compartir este día tan especial para ellos, pero sobre todo por este regalo tan entrañable. GRACIAS.
ResponderEliminarGracias a tí por tus palabras!
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